A la luz de lo publicado por Roberto Mendez en la Revista del Sábado de hace algunas semanas, me surge la siguiente reflexión.
Por años me he dedicado al marketing, las marcas y he colaborado activamente en el posicionamiento de marcas en el ámbito de la solidaridad.
He contribuído activamente en distintos momentos con el Hogar de Cristo, con Belén Educa, con Techos para Chile, con María Ayuda, Fundación Solidaridad, Fundación América Solidaria y varias otras. No se olviden que soy un tres en el Eneagrama. Incluso durante mi tiempo en canal 13 fui un activo promotor de que las instituciones de solidaridad de la Iglesia tuviesen presencia permanente de contenidos y de branding.
Sin embargo del análisis hecho para los resultados del BAV tengo otro marco de interpretación, distinto al realizado por Roberto Méndez y otros marketeros.
Si analizamos la Iglesia como una marca puede que ellos tengan razón, sin embargo cuando analizamos a Jesucristo, Padre y fundador de nuestra Iglesia, no pudo haber marca más mal evaluada y depreciada que la suya, incluso fue condenado a muerte en cruz. Creo que eso es mucho peor que los resultados del BAV de estos días.
La pregunta que yo me hago es ¿qué querrá el Espíritu Santo para la Iglesia de Chile y por qué no para la Iglesia Universal?
No será que los hombres estamos tratando de ser más dios que Dios y tratando de hacer estrategias que digan o pongan focos distintos que lo que el Espíritu Santo está construyendo para la humanidad. Historias como la de San Francisco de Asis nos muestran que muchas veces los hombre vamos por un camino y el Espíritu Santo va por otro.
Bravo por los que confían en que el Espíritu Santo escribe derecho con letra torcida.
Queridos amigos tal vez vienen tiempos nuevos, con otro rol de clérigos, diáconos, laicos comprometidos, católicos a su manera, etc., siento que más que poner tanta energía en interpretar y tratar de cumplir el rol de Dios y del Espíritu Santo tratemos cada uno de nosotros, cristianos y católicos a los que nos importa este tema, de ser modelo de FE, AMOR, ESPERANZA, PERDON, JUSTICIA, MISERICORDIA Y ALEGRIA, a la manera de Jesucristo. Seguro que con el aporte de cada uno de los que tenemos FE en EL, el BAV de un par de años más mostrará una inflexión hacia donde todos anhelamos.
Publicado por Enrique García
